Correr lento para correr más rápido

Correr lento para correr más rápido y evitar lesiones

En la búsqueda de mejorar nuestro rendimiento en la carrera, a menudo nos enfocamos en correr más rápido y con más intensidad. Sin embargo, una técnica que a veces se pasa por alto es la de correr lento para correr más rápido.

La idea de correr más lento para mejorar el rendimiento puede parecer contraintuitiva, pero en realidad tiene mucho sentido. A continuación, veremos algunos de los beneficios de correr lento y cómo puede ayudarte a mejorar tus tiempos en la carrera.

Primero, correr lento te permite trabajar en tu técnica. Cuando corres a un ritmo más lento, puedes concentrarte en tu postura, la cadencia de tu zancada, la forma en que aterrizas en el suelo y otros aspectos importantes de la técnica de carrera. Si corres a un ritmo rápido, es más difícil concentrarse en estos detalles y es más probable que te fatigues antes de que puedas corregirlos.

En segundo lugar, correr lento ayuda a desarrollar tu sistema aeróbico. Tu cuerpo tiene dos sistemas principales para producir energía: el sistema aeróbico y el anaeróbico. El sistema aeróbico utiliza oxígeno para producir energía y es el sistema predominante cuando corres a un ritmo lento. Al correr lento, estás entrenando y fortaleciendo tu sistema aeróbico, lo que te permitirá correr más tiempo y con más facilidad en general.

En tercer lugar, correr lento te ayuda a evitar lesiones. Cuando corres a un ritmo más lento, hay menos impacto en tus articulaciones y músculos. Esto significa que estás reduciendo el riesgo de sufrir lesiones por sobreuso, como la fascitis plantar o el síndrome de la cintilla iliotibial. Además, correr lento también te permite recuperarte mejor después de una carrera o un entrenamiento intenso.

Por último, correr lento te ayuda a construir una base sólida. Antes de comenzar a correr más rápido o hacer entrenamientos de alta intensidad, es importante tener una base sólida de carrera. Correr lento te permite construir esta base al aumentar gradualmente la duración y la frecuencia de tus carreras. Una vez que tengas una base sólida, estarás mejor preparado para correr más rápido y con más intensidad sin arriesgarte a lesionarte.

Entonces, ¿cómo debes incorporar el entrenamiento de carrera lenta en el plan de entrenamiento? En primer lugar, es importante recordar que la carrera lenta no significa caminar. En lugar de eso, debes correr a un ritmo cómodo, en el que puedas hablar con facilidad y no estés demasiado cansado. Una buena regla general es correr a un ritmo que te permita mantener una conversación mientras corres.

Muchos atletas con grandes marcas (de élite o populares) utilizan ya este método de entrenamiento. Normalmente hacen una regla de 80/20 o 90/10, donde el mayor número corresponde al % de sesiones lentas a la semana y el otro, a las sesiones de calidad.

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