correr con dolor muscular en una carrera

Lo que debes saber al correr con dolor muscular

El dolor muscular es un compañero habitual para los runners, especialmente tras entrenamientos intensos o carreras largas. Aunque es una respuesta natural del cuerpo a los esfuerzos físicos, es importante entender cuándo este dolor es señal de adaptación muscular y cuándo podría indicar un problema más serio. En este artículo, exploramos si es seguro correr con dolor muscular, los tipos de dolor que enfrentan los corredores y los factores clave a considerar antes de decidir calzarte las zapatillas nuevamente.

¿Es común sentir dolor muscular tras correr?

Sí, el dolor muscular es común, sobre todo después de sesiones de entrenamiento intensas, carreras largas o tras probar un nuevo tipo de ejercicio. Este dolor, conocido como dolor muscular de aparición tardía (DOMS, por sus siglas en inglés), suele aparecer entre 12 y 48 horas después del esfuerzo. Se produce debido a pequeñas roturas en las fibras musculares, que son una parte normal del proceso de adaptación y fortalecimiento.

Además de los DOMS, los corredores pueden experimentar molestias por fatiga acumulada, especialmente si no han respetado los períodos de recuperación o han incrementado demasiado rápido la intensidad o el volumen de entrenamiento.

¿Es seguro correr con dolor muscular?

La respuesta no es un simple «sí» o «no». Depende de varios factores, incluyendo la causa, la intensidad del dolor y la ubicación. Aquí algunos escenarios:

  1. DOMS o dolor leve: En general, es seguro correr con un dolor leve relacionado con DOMS. De hecho, un trote suave o una sesión de recuperación activa puede ayudar a aumentar el flujo sanguíneo y acelerar la recuperación.
  2. Dolor severo o localizado: Si el dolor es intenso, punzante o afecta una articulación específica, es mejor evitar correr. Podría ser indicativo de una lesión más seria, como una tendinitis, una distensión muscular o incluso una fractura por estrés.
  3. Dolor que empeora con la actividad: Si el dolor muscular aumenta durante el ejercicio o persiste mucho tiempo después, es un signo claro de que el cuerpo necesita descanso y atención.

Tipos de dolor muscular en corredores

Es importante diferenciar entre los tipos de dolor muscular que pueden presentarse:

  1. Dolor muscular tardío (DOMS):
    • Características: Dolor generalizado, sensación de rigidez, sensibilidad al tacto.
    • Causa: Entrenamientos intensos, cambios en el tipo de ejercicio, carreras largas.
    • Seguridad para correr: Generalmente seguro, pero opta por sesiones ligeras.
  2. Dolor por fatiga muscular:
    • Características: Pesadez, reducción de la capacidad de fuerza y velocidad.
    • Causa: Exceso de entrenamiento o insuficiente recuperación.
    • Seguridad para correr: Seguro si el dolor es leve, pero es crucial priorizar la recuperación.
  3. Dolor localizado o agudo:
    • Características: Dolor intenso en una zona específica, posible inflamación.
    • Causa: Lesiones como distensiones, contracturas, tendinitis o fracturas por estrés.
    • Seguridad para correr: No seguro. Requiere descanso y evaluación médica.
  4. Calambres musculares:
    • Características: Contracciones involuntarias dolorosas.
    • Causa: Deshidratación, desequilibrio electrolítico, fatiga extrema.
    • Seguridad para correr: Detente de inmediato si aparecen durante el ejercicio.

Factores a considerar antes de correr con dolor muscular

Antes de decidir si es prudente correr con dolor, considera los siguientes puntos:

  1. Intensidad del dolor: Evalúa si el dolor es soportable o si interfiere con tu forma de correr. Un dolor severo podría alterar tu biomecánica y aumentar el riesgo de lesiones.
  2. Duración del dolor: Si el dolor persiste por más de 72 horas o empeora, consulta a un profesional.
  3. Historial de lesiones: Si has tenido lesiones previas en la zona afectada, sé más cauteloso. Las recaídas son comunes cuando no se da suficiente tiempo para la recuperación.
  4. Objetivo del entrenamiento: En días de recuperación o rodajes suaves, puede ser seguro salir a correr, pero evita esfuerzos máximos si tienes molestias.
  5. Señales de alarma: Hinchazón, hematomas, pérdida de fuerza o dolor intenso al presionar una zona específica son signos de que algo no está bien.

Correr con dolor muscular puede ser seguro si se trata de molestias leves relacionadas con DOMS o fatiga moderada. Sin embargo, es fundamental escuchar a tu cuerpo y reconocer los límites. Un dolor agudo, localizado o que interfiere con tu rendimiento no debe ser ignorado, ya que podría llevar a lesiones más graves.

La clave está en equilibrar el entrenamiento con períodos adecuados de descanso y en consultar a un fisioterapeuta o médico deportivo si tienes dudas. Recuerda, la recuperación también forma parte del progreso. Priorizar tu salud muscular te permitirá disfrutar de correr por más tiempo y con menos contratiempos.

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