El tendón de Aquiles es una estructura fundamental para los corredores, siendo uno de los componentes clave en la biomecánica de la carrera. Ubicado en la parte posterior de la pierna, conecta el músculo de la pantorrilla con el hueso del talón, permitiendo la flexión plantar y brindando impulso al despegar el pie del suelo durante la carrera. Su salud y funcionamiento óptimo son vitales para el rendimiento y la prevención de lesiones en corredores de todos los niveles.
El tendón de Aquiles es como el resorte de un motor: almacena y libera energía durante el ciclo de la zancada. Cuando corres, este tendón absorbe y libera energía elástica, lo que te impulsa hacia adelante con cada paso. Un tendón saludable es esencial para una buena eficiencia energética durante la carrera, mantener una zancada eficiente y una buena velocidad de carrera. Además, ayuda a estabilizar el tobillo y la pierna durante la fase de despegue, lo que minimiza el riesgo de lesiones.
A pesar de su importancia, este tendón está sujeto a lesiones, especialmente en corredores que aumentan repentinamente su volumen de entrenamiento o que no realizan un trabajo adecuado de fortalecimiento y flexibilidad. Dos de las lesiones más comunes son:
La buena noticia es que muchas lesiones del tendón de Aquiles pueden prevenirse con el cuidado adecuado y el fortalecimiento específico. Aquí hay algunas estrategias importantes:
Con el cuidado adecuado, incluyendo ejercicios de fortalecimiento, estiramientos regulares y un aumento gradual en la carga de entrenamiento, puedes mantener este importante tendón en óptimas condiciones y disfrutar de una carrera sin lesiones. Recuerda que la prevención es clave, así que no descuides el cuidado de tu tendón de Aquiles mientras te esfuerzas por alcanzar tus objetivos de running.