El mundo del running y de las carreras populares Valencia es una pasión que impulsa a millones de personas a buscar el desafío, la superación y la salud. Sin embargo, detrás de este apasionante deporte, se esconden riesgos potenciales que todo corredor debe conocer y prevenir. Uno de ellos es la trombosis en corredores. La trombosis venosa profunda (TVP), una condición seria que puede afectar las piernas y comprometer la salud si no se trata a tiempo.
La trombosis venosa profunda es la formación de un coágulo sanguíneo (trombo) en una vena profunda del cuerpo, generalmente en las piernas. Estos coágulos pueden bloquear parcial o totalmente el flujo sanguíneo, lo que puede causar complicaciones graves si el coágulo se desprende y viaja hacia los pulmones, causando una embolia pulmonar.
La trombosis puede ser desencadenada por una variedad de factores, incluyendo períodos prolongados de inmovilidad, cirugía reciente, trauma, obesidad, tabaquismo, antecedentes familiares de coagulación sanguínea anormal, entre otros. En el caso de la trombosis en corredores, el impacto repetido y prolongado en las piernas, especialmente en carreras de larga distancia, puede aumentar el riesgo de desarrollar trombosis.
Si bien la inactividad prolongada es un factor de riesgo conocido para la trombosis venosa profunda, los corredores también enfrentan ciertos riesgos, especialmente después de carreras largas o intensas. Durante la actividad física, la sangre tiende a fluir más rápidamente, lo que puede reducir el riesgo de coágulos sanguíneos. Sin embargo, después de correr, especialmente si se pasa mucho tiempo sentado o acostado, el flujo sanguíneo puede disminuir, aumentando así el riesgo de trombosis.
Los síntomas de la trombosis en corredores pueden variar, pero algunos de los más comunes incluyen:
Es importante destacar que en algunos casos, la trombosis puede no presentar síntomas evidentes, lo que la hace aún más peligrosa.
El tratamiento de la trombosis venosa profunda depende de la gravedad del coágulo y de los síntomas del paciente. En casos leves, pueden recetarse anticoagulantes para prevenir la formación de nuevos coágulos y permitir que el cuerpo disuelva el coágulo existente. En casos más graves, pueden ser necesarios procedimientos médicos para disolver o eliminar el coágulo, como la trombolisis o la colocación de un filtro de vena cava.
Diferenciar un trombo de varices internas puede ser complicado, ya que ambas condiciones pueden presentar síntomas similares, como dolor, hinchazón y sensación de pesadez en las piernas. Sin embargo, existen algunas diferencias clave:
Es importante buscar atención médica si experimentas algún síntoma para recibir un diagnóstico preciso y determinar el tratamiento adecuado. Tanto los trombos como las varices internas pueden ser tratados, y la prevención de complicaciones depende de una intervención temprana y un manejo adecuado de la condición.