La crioterapia es una técnica utilizada por muchos atletas para ayudar en la recuperación después de los entrenamientos y para reducir la inflamación y el dolor en el cuerpo. Esta técnica implica la aplicación de frío en diferentes partes del cuerpo para mejorar la recuperación y el rendimiento en el entrenamiento.
Los corredores, en particular, pueden beneficiarse de la crioterapia debido a las demandas físicas extremas que su deporte les impone. Los corredores a menudo experimentan dolor muscular, inflamación y fatiga, lo que puede afectar su capacidad para entrenar y competir. La crioterapia puede ayudar a aliviar estos síntomas y mejorar la capacidad de un corredor para recuperarse después de una carrera o entrenamiento.
Hay varias formas de crioterapia que los corredores pueden utilizar para mejorar su recuperación y mejorar su rendimiento en general. Una de las técnicas más comunes es la crioterapia de inmersión, que implica sumergir el cuerpo en agua fría durante varios minutos. Los corredores también pueden utilizar compresas de hielo o baños de hielo para ayudar a reducir la inflamación y el dolor.
Otra forma de crioterapia que los corredores pueden utilizar es la crioterapia de cuerpo entero (CCE). La CCE implica entrar en una cámara de crioterapia que utiliza nitrógeno líquido para enfriar el cuerpo a temperaturas extremadamente bajas durante un período corto de tiempo. La CCE es una forma más avanzada de crioterapia que puede ofrecer beneficios adicionales para los corredores, como la mejora de la circulación sanguínea y la reducción del dolor en todo el cuerpo.
Además de ayudar con la recuperación y la reducción del dolor, la crioterapia también puede ayudar a los corredores a mejorar su rendimiento en general. Al reducir la inflamación y el dolor en el cuerpo, los corredores pueden recuperarse más rápidamente de los entrenamientos y carreras, lo que les permite entrenar más intensamente y con más frecuencia. La crioterapia también puede ayudar a mejorar la flexibilidad y la movilidad de los músculos y las articulaciones, lo que puede mejorar la técnica de carrera y reducir el riesgo de lesiones.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que la crioterapia no es adecuada para todos los corredores. Los corredores que sufren de problemas de circulación o de la piel, como la dermatitis o el eccema, pueden no ser buenos candidatos para la crioterapia. Además, la crioterapia puede ser peligrosa si se realiza incorrectamente o durante períodos prolongados de tiempo.
Si un corredor decide utilizar la crioterapia como parte de su rutina de recuperación, es importante seguir algunas pautas de seguridad. En primer lugar, los corredores deben asegurarse de que la temperatura del agua o la cámara de crioterapia no sea demasiado baja. La mayoría de los expertos recomiendan no exceder los 10 minutos en la crioterapia de inmersión, y no más de 3 minutos en la CCE.
Los corredores también deben asegurarse de que sus cuerpos estén completamente secos antes de entrar en una cámara de crioterapia. Cualquier humedad en el cuerpo puede congelarse y causar daño a la piel. Además, los corredores deben evitar la crioterapia después de una carrera o entrenamiento intenso, ya que el cuerpo necesita tiempo para recuperarse antes de someterse a temperaturas extremadamente bajas.
Es importante tener en cuenta que la crioterapia no debe utilizarse como una solución única para problemas de dolor o inflamación en el cuerpo. La crioterapia puede ser un complemento útil para una rutina de recuperación completa que incluya estiramientos, masajes y descanso adecuado.
En conclusión, la crioterapia puede ser una herramienta efectiva para la recuperación y el rendimiento de los corredores. Al reducir la inflamación y el dolor en el cuerpo, los corredores pueden recuperarse más rápidamente de los entrenamientos y carreras, y mejorar su capacidad para entrenar más intensamente y con más frecuencia. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la crioterapia no es adecuada para todos los corredores y debe realizarse de manera segura y responsable. Los corredores que deseen probar la crioterapia como parte de su rutina de recuperación deben hablar con un profesional médico o un fisioterapeuta para determinar si es una opción adecuada para ellos.
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